Los efectos adversos de una vacuna pueden clasificarse en locales y generales y varían de acuerdo a cada vacuna. Entre los efectos locales más frecuentes (alrededor de 50% de las vacunas inyectables) están: dolor en el sitio de vacunación, enrojecimiento y/o aumento de volumen transitorio con induración alrededor del sitio de inoculación. En las vacunas por virus vivo atenuado, tal es el caso de la vacuna antiinfluenza, es posible observar aparición de síntomas propios de la enfermedad. Es necesario tomar conciencia de estos efectos indeseados de las vacunas, no como una manera de desalentar su uso masivo, sino más bien con el fin de advertir sobre los más frecuentes, poder diagnosticarlos adecuadamente y tratarlos cuando corresponda. El Timerosal es un componente organomercurial que contiene 50% de mercurio y se metaboliza a etilmercurio y tiosalicilato; ha sido utilizado como preservante en la producción de vacunas desde 1930, fundamentalmente, para evitar la contaminación bacteriana y fúngica durante la elaboración de las vacunas o en frascos de vacunas envasadas en multidosis. Dado que en la actualidad se conoce la toxicidad del mercurio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado como límite máximo permitido de exposición a metilmercurio el límite de 0,47 mcg/kg/día, considerando una exposición crónica por vía oral en población adulta. Es posible afirmar que el contenido de timerosal en vacunas se encuentra muy por debajo del límite de toxicidad mencionado. Las investigaciones de los organismos expertos permite concluir que los beneficios de la vacunación es muy superior al riesgo teórico de exposición al timerosal, por lo que no habría razón para modificar el uso de vacunas que contienen timerosal, especialmente en países en desarrollo para mantener el programa de control de las enfermedades inmunoprevenibles. La vacuna antiinfluenza seleccionada por el programa de Nacional de Inmunización (PNI) NO CONTIENE Timerosal en su formulación.(Última actualización 11/03/2021)

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