Un estudio realizado por el Instituto de Salud Pública de Chile reveló que dos margarinas nacionales y dos importadas superan en su contenido el margen permitido de grasas trans, mientras que siete de ellas sobrepasan el índice para el sodio, según lo exige el Reglamento Sanitario de Alimentación.
La investigación contempló 35 tipos diferentes de margarinas (en formato pan y pote), y se concentró en analizar sus componentes y la información entregada en su etiquetado, en relación a la normativa actualizada en abril de 2011, la cual señala que estos productos no pueden superar el 2% de las grasas totales contenidas en estos productos.
Es así que en materia de grasas trans, de las 35 margarinas evaluadas, 4 no cumplen con este parámetro (11,4%). De estas 4 muestras, 2 están en el rango de 2.5 y 2.6 % y 2 presentan 15.2 % y 9.2 %, muy por encima del 2 % aceptado. Para el caso de la presencia de sodio, 7 de 35 margarinas (20%), no cumplen con lo rotulado en su etiqueta.
La directora del Instituto de Salud Pública de Chile, Dra. María Teresa Valenzuela, recordó que en la última Encuesta Nacional de Salud 2010, marcan altos porcentajes de morbilidad por enfermedades asociadas al consumo de alimentos con altos niveles de sal y grasas, razón por la cual es indispensable entregar información confiable a la ciudadanía respecto a qué productos no se encuentran cumpliendo con la normativa vigente.
La Dra. Valenzuela señaló que “el daño a la salud que provoca el exceso de estos componentes, incrementa las alarmantes cifras de obesidad e hipertensión entre nuestros habitantes. Esto no sólo afecta a las personas mayores, ya que se ha observado un aumento de hipertensión en niños y adolescentes. Además, tenemos porcentajes alarmantes de obesidad infantil, que superan el 19,4% en nuestro país. Queremos invitarlos a Elegir Vivir Sano, prefiriendo productos que cumplan con el Reglamento Sanitario de Alimentación, y así evitar miles de muertes que se producen al año por enfermedades cardio y cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer como el mamario, el uterino o el de colon”.
La Encuesta Nacional de Salud 2010 refleja un alto nivel de sedentarismo (88%), malos hábitos alimentarios de la población, incremento en el consumo de alcohol y tabaco, que contribuyeron a empeorar la salud de los chilenos desde la medición realizada en 2003. Asimismo, más de 9 millones de chilenos sufren de exceso de peso y un 25% de la población puede catalogarse como obesa, una de cada 4 personas. Los casos de pacientes mórbidos se duplicaron desde el año 2003, aumentando de 148 mil a 300 mil en la actualidad. El sondeo también descubrió que la diabetes se incrementó desde 6% a un 9%, lo que significa que existe un millón 200 mil diabéticos, 500 mil más que en 2003. Aunque en el estudio la cantidad de personas diagnosticadas con hipertensión arterial se redujo levemente, el MINSAL fijó como metas sanitarias reducir los niveles de consumo de sal en la dieta.
La dra. Valenzuela precisó que Chile es pionero en América Latina en exigir que las grasas trans no superen en 2% de las grasas totales contenidas en margarinas. A nivel mundial sólo Canadá, Dinamarca y Suiza hacen exigible este porcentaje de componentes en sus alimentos.
El análisis también reveló la falta de información entregada al consumidor en el etiquetado de las margarinas, dado que se indican determinados porcentajes de cada contenido, los cuales no coinciden con lo arrojado en el estudio realizado por el Instituto de Salud Pública.
La directora del ISP recordó que a partir de noviembre de 2006 todos los alimentos envasados deben etiquetarse con cantidad de energía, proteínas, grasas totales, grasas saturadas, ácidos grasos trans, colesterol, azúcares simples y sodio presentes en cada alimento envasado por cada 100 gramos o 100 mililitros.
Asimismo, el Ministerio de Salud en conjunto con la Federación Chilena de Panaderías (FECHIPAN) y la Asociación Chilena de Supermercados (ASACH), sellaron este año un acuerdo voluntario para disminuir a la mitad la cantidad de sal en el pan, en un plazo de 4 años.
“La meta actual de nuestro Ministerio de Salud es ser un real agente generador de salud, trasladando el modelo asistencialista a uno de la prevención. Para ello será necesario contar con el apoyo de las empresas productoras de alimentos más saludables, de menor riesgo para la salud de la población. En este mismo sentido hago un llamado a los consumidores quienes tienen un papel activo: elegir los productos que tengan etiquetado nutricional y que sean más sanos y seguros para su salud”, concluyó la directora del Instituto de Salud Pública de Chile.