Durante miles de años los virus han aprendido a manipular las defensas de los individuos, a conocer la respuesta inmune, defensiva y, por ende, a evadirla.
En ese sentido, las investigaciones desarrolladas en la Facultad de Ciencias Biológicas y de Medicina de la Pontificia Universidad Católica, que llevaron al entendimiento del mecanismo que utilizan los virus para escapar de las defensas de las personas, permitió desarrollar una vacuna polivalente que combata el Virus Respiratorio Sincicial y el Metaneumovirus.
“Hemos descubierto dos componentes del VRS, que probablemente son responsables de la interferencia o evasión de la respuesta defensiva del individuo” comentó el Dr. Alexis Kalergis.
Se trata de las proteínas, N y M, que interfieren en la funcionalidad de las células dendríticas, impidiendo que éstas activen a los linfocitos, y con ello, la respuesta inmune (sinapsis inmunológica).
Por ello, son miles los niños que enferman y hospitalizan cada año en Chile y el mundo por VRS, sin una cura aparente. Y, aunque se ha logrado reducir la mortalidad por este mal, nuestro país gasta anualmente cerca de 10 mil millones de pesos en su tratamiento.
Por eso la creación de una vacuna polivalente, que proteja contra muchas infecciones que causan daños inflamatorios es una gran oportunidad, tomando en cuenta sobre todo, que los inoculantes que no están elaborados con cepas chilenas, confieren sólo inmunidad parcial aseguró el Doctor Kalergis.
Si bien la vacuna aprobó las buenas prácticas de manufactura, resta realizar la investigación clínica en humanos, para conocer su real efectividad. La que a priori, en ratones de laboratorio infectados y vacunados demostró que los linfocitos T se reclutan con mayor celeridad, confiriendo con ello inmunidad celular.
Por ahora, se están aunando fuerzas para conseguir los recursos que permitan avanzar en el desarrollo de las fases clínicas de esta vacuna.